lunes, 31 de octubre de 2011

LAS DROGAS EN MI BARRIO

Mi barrio, los días más felices los vivimos en ese lugar, ¡el callejón es nuestro! Decíamos y jugamos como si el Mundo se fuera a acabar. Las bulliciosas rondas y toda la energía que desbordaba de nuestros inocentes y pequeños cuerpos de niños en un hermoso jardín.
De pronto, cual capullo de rosas comenzamos a crecer y sentir nuevas sensaciones. El jardín comenzó a recibir la visita de gusanos venenosos. Los mozos en las esquinas con jeans apretados, el humo del cigarro en el ambiente y un olor extraño en la esquina, que nunca antes Habíamos sentido, como a palo quemado y a hierbas. Era la droga, término y experiencia tan alejada de nuestras limpias y frágiles mentes, ese maldito vicio había llegado a nuestro querido barrio, comenzando a ganar adeptos en los adolescentes y jóvenes del lugar.
Solo tomamos cervecita y ron para calentar cuerpo, para alegrarnos, bailar mejor en la fiesta decían los muchachos. Pensábamos que eso era para los huérfanos, hijos de borrachos, no para nosotros que teníamos nuestros padres que nos cuidaban de todo mal.
Facundo, era un muchacho que llegó al barrio y con sus chistes amenos, su buen juego de futbol, rápidamente se ganó la admiración de gran parte de los muchachos del barrio y lo seguían como si repartiera exquisitos caramelos, era un polvito blanco que con los dedos se metían a las fosas nasales, unas hierbas como el orégano que calentaban y ponían en papel enrollado para fumarlo como cigarrillo, en realidad era la droga que estaba calando en el alma de los muchachos del barrio, invitaba probaditas a diestra y siniestra diciéndoles: ¡No pasa nada!, te avivas, juegas bien el fulbito, enamoras a la gilas y te olvidas de los problemas.
La esquina del barrio, los lugares desolados al lado de la riel del tren, el matorral oscuro a orillas del río Rímac, tan concurridos por las parejitas, muy pronto fueron invadidos por grupos de adolescentes, jóvenes y adultos varones provistos de bolsas de chavelo que tomaban con gran sed para luego proceder a fumar cigarrillos de mariguana y luego chapitas con el polvo blanco que cual ritual iban echando a la nariz y habían hasta quienes se inyectaban un preparado que elaboraban en el mismo lugar. Entraban en estado de letargo, conversaban y reían algunos saltaban, bailaban y hasta se manoseaban entre ellos. Facundo decía: Mañana traen su china si quieren su troncho, ya les di a probar ahora vendo, el que no tiene dinero me trae algo de su casa, recibo cubiertos, relojes, adornos, joyas, radios, todo vale, no fío, ¡ya saben! Todos los días la misma rutina en las noches cual muertos vivientes, seguían el ritual de convertirse en seres diferentes, felices, llenos de fantasía y olvidaban sus problemas. Que el padre borracho pega a la madre, el odio y abandono, los complejos de inferioridad, las frustraciones, la edad de la idiotez, la adolescencia y sobre todo la debilidad de carácter. La presión de grupo dirían los psicólogos.
Es así como algunos muchachos del barrio se volvieron rebeldes, callejeros y esquineros, tomaron por asalto nuestro hermoso parque, se adueñaron de las bancas donde se agrupaban los “fumones” jugaban timba, peleaban y robaban a los transeúntes.
A la señora Gissela le decían las vecinas: ¡tu Marquitos es fumón!, ella respondía, la gente habla por envidia por que mi hijo juega bien su fulbito y tiene amigos importantes que lo llevaran a jugar a equipos grandes del Callao. Su amor de madre le puso una venda en los ojos y no quería aceptar la dura realidad, su hijo era un adicto, andaba como un loquito buscando puchos en las cantinas y los fumaderos, hasta se vendía con tal de obtener el troncho, Marquitos ya era un adicto.
Facundo, se compro un auto el cual taxea y utiliza para asaltar a sus clientes, y su lema es: ¡el que vende no puede comer su mercadería! Y pregona, yo solo tomo mi cervecita y nada más. A él le debemos la gran cantidad de adictos, ladrones, locos y desdichados que andan por las calles como zombis o muertos vivientes sin sentimientos, los esclavos de la droga.
AUTORA: WILMA ROSARIO INCHE VEGA
DATOS DE LA AUTORA:
WILMA ROSARIO INCHE VEGA
DOCENTE DE EDUCACIÓN SECUNDARIA EN LA
I.E. AUGUSTO SALAZAR BONDY DEL CALLAO.
ESPECIALIDAD: CIENCIAS SOCIALES
MAESTRÍA EN GESTIÓN EDUCATIVA

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